“'Giuseppe'”, dijo Giulietta, 'He encontrado Harry's Bar'.
Medía quince pies por treinta, y era el almacén de cordelería. Me gustó enseguida porque estaba al final de una calle sin salida.
En aquel entonces no había ningún puente que conectara la calle con la Plaza de San Marcos. Los clientes tenían que ir allí expresamente y no podían simplemente entrar al pasar.
Quería un lugar sencillo y elegante con dos características esenciales: el cliente no debía sentirse agobiado por la decoración y tenía que haber luz.
-Giuseppe Cipriani
